viernes, 19 de septiembre de 2014

VideoTutorial: cómo hacer una caja de una botella de pet


Aquí el video explicativo (primicia!!!)






sábado, 9 de agosto de 2014

Tutorial jabonil: cómo hacer bolas de jabón




Como les había comentado en anteriores post, en este oficio del jabonero todo se recicla, así que en esta ocasión les compartiré el fruto de un error que me sucedió hace tiempo con uno de mis jabones que no salió tan bien.

Aparentemente en esta imagen vemos a mi lindo jabón de frutos rojos, listo para cortar, inmaculado y con una textura suave, con el top diseñado a mano, en teoría todo iba bien, pero...


Al iniciar los cortes individuales, unas piezas salieron ilesas e intactas, con mi primer intento de "línea de lápiz" (esa fina línea negra hecha con carbón activado).
Pero otras no tuvieron tanta suerte (!!¡!!).


Conforme fui cortando unas piezas se desquebrajaron y casi me pongo a llorar de la frustración, pero me dije a mí misma: "Mi misma (¡), no aceptes la derrota, alguna solución debe haber a este desastre".
Y entonces recordé que podría haber una esperanza, intentar hacer unas fabulosas BOLAS DE JABÓN. :o)


Fue así como intentamos este paso a paso que ahora compartimos y ¡funcionó!!! 
Ahora mismo explicamos cómo hicimos:
PASO 1. Necesitarás un jabón hecho artesanalmente ya curado (es decir, con el nivel de ph menor a 7), o jabón neutro que puedas rallar en un rallador común de cocina. Hay que rallar el jabón hasta convertirlo en firas tiras delgadas que puedas manipular con tus dedos.



PASO 2. Ya que esté el jabón rallado, colócalo sobre una mesa limpia como si fuera un montoncito de harina cernida, y agrega poco a poco gotas de agua potable con un gotero o con un vasito pequeño. Deja que el jabón se impregne de agua y ve "amasando" el jabón con tus manos. Puedes usar guantes si lo prefieres. Para enriquecer el jabón también puedes en lugar de agua, usar infusiones, agregar gotas de aceite esencial de tu preferencia, esencia o fragancia deseada, e incluso elementos exfoliantes como copos de avena molidos, germen de trigo, semillas finas, en fin, lo que desees. Las posibilidades son miles.


PASO 3. Toma un pedazo de cordón de algodón y corta del largo que prefieras, dobla a la mitad y hazle un nudo a una tercera parte del final del cordón. Este nos servirá para colgar nuestra bola de jabón de los muebles de la ducha.


PASO 4. Haz una bola con la "masa del jabón" y coloca el nudo en el centro, de tal forma que vayas armando poco a poco la forma de esfera con tus manos. Aprieta fuerte el centro para que no se vaya a salir el cordón. La "masa" no debe estar muy aguada para evitar que esto pase, y cuando seque el jabón endurezca.


PASO 5. Sigue formando la bola agregando más masa de jabón hasta lograr el tamaño que tú desees. A mí me gusta dejarla del tamaño amigable para la mano, que puedas tomarla sin esfuerzo.


Y voìlá! Tenemos la BOLA hecha. Puedes cubrirla al final con pequeños adornos como semillas o pétalos secos de flores para aromatizar. 
Ahora deja secar unos días para asegurarte que el centro endurecerá lo suficiente para que no se deshaga en el primer uso.


¡Listo! Espero que les haya gustado y se animen a hacer sus propias bolas de jabón artesanal.
Nos leemos en la próxima crafti-historia.
¡Seguimos!!!

lunes, 7 de julio de 2014

Las aventuras en Craftis: lo bello, lo feo y lo horrible


(con fotos inéditas)





Hemos cumplido ya 4 años de haber iniciado esta crafti-aventura y sin duda ha pasado de todo, anécdotas para el recuerdo, otras para aprender y otras que son básicamente historias de semi terror porque salió fatal.

En verdad, pareciera que en hacer jabones y otras creaciones todo es como muy lindo, pero en realidad no, además de diversión hay bastante trabajo detrás de cada emprendimiento, nervios, a veces frustración, pero sobre todo ganas de que salga algo por lo menos digno (ja).
En algunas ocasiones me he querido jalar de los pelos porque las cosas no han salido nada bien.

Hoy les queremos compartir algunas de estas felices tragicomedias de la vida artística, espero que las disfruten como nosotros.

Lo bello


Cuando comenzaba a hacer cupcakes de jabón, manifesté mi obsesión con el reino de los elementales y realicé este ejemplo de hada, que pesaba como 200 gr, y que por cierto, se tardó mucho en vender.



Había tenido ganas de hacer frutas y este es un ejemplo de lo que realizamos para cuando abrimos nuestro punto de venta en Metepec. Las rebanadas de sandías son laboriosas pero quedan hermosas, a todos les gustaban.


Este pastel de jabón lo vi en internet y me fascinó la idea de hacer una versión propia, aunque igual, se tardaron en vender pues recibí comentarios de si acaso tenía forma de un "barco" (¡¿?!) o que si la parte superior era merengue real... Este es el costo del arte contemporáneo en jabón, jajaja, la incomprensión...



Estas fueron unas paletas demasiado reales para ser jabón. 
Temí que los clientes o los niños las comieran.


Al principio de los tiempos jaboniles pensé que quizá poner las caritas de los novios sería funcional en jabones para boda, hoy pienso que es sumamente cursi y cansado para mi persona pues los pinté a manooo!!! (wtf), a quién se le ocurre semejante enfermedad....¿?!!!!

                                   


Sí, sólo a mí, que también una vez hice casi 60 jabones para el día del padre, para los papás de un grupo de secundaria. Cada uno traía color de piel, características y gustos particulares de la persona real !!! Hoy lo pienso y digo: wow, me cuesta creerlo. Cada pieza va cortada, armada y pintada a mano, para después llevar una capa de jabón transparente.




Así quedaban los buhítos jabonosos de otoño antes de volar del nido del molde y tomar vuelo propio, nótese que ya en ciertos momentos de la desesperación trabajamos en el piso...


Como todas las piezas de jabón se reciclan en el crafti-taller, los círculos que se recortaban de cada ojo de búho se reutilizaron en estos jaboncillos multicolores. 


El jabón circular es una pieza que presumo con orgullo: una mezcla de colores casi imperceptible y los 2 se fusionan, ¡me encanta!



Estas son fotos que me enorgullecen, mis primeros firulillos (diría Ramy Sanchez, maestra española de jabón con quien tomé un cursito hace tiempo) y que nos compartió cómo trabajar los colores con diseños atractivos. 


Es difícil llegar al punto de la traza líquida que te permita trabajar con colores, al menos lo es para mí, si agregas demasiada agua, el jabón se comprime mucho cuando seca. 


Estos pigmentos son naturales, como me gustan: clorofila, pimentón y dióxido de titanio, con aroma a menta, que hicimos para navidad.




Lo feo

Sí, hay cosas feas, es real, como estos pelones que parecen utilería para un cortrometraje de miedo, sin ojos ni pelo ni nada, como aliens.... iughhh
Es increíble cómo los detalles cambian la perspectiva.


La historia de las siguientes imágenes es que pareciera ser un bello pastel de fresas de jabón, como para regalo de cumpleaños, pero...


Si vemos más el detalle, podrán observar grietas y resquebrajaduras en la parte superior, ¡se rompióoo! nooooo :(  


Resulta que me tardé 4 días en partir el pastel, porque lo veía muy blando... Y cuando lo hice el jabón ya estaba muy duro (noooooo). En jabones de proceso de saponificación debes cortar el jabón a las 24 horas de haberlo hecho o a más tardar 48... Pero me equivoqué y falló :(  un bello pastel convertido en basura :(


Recuerdo que me dolió mucho haberme equivocado, pues cada fresa se hizo a mano, una por una, con la ayuda de un molde de silicón, el merengue se trabajó con duya, fue mucha chamba... mucha inversión en tiempo y material... que se fue a la basura. Pero gracias a este pastel aprendí bastante del proceso, y estar atentos a no cometer el mismo error.


Después estos jabones se rallaron y se convirtieron en jabón líquido para ropa... En el mundo del jabón nada se desperdicia... Bueno, casi nada. ;)


A veces me pregunto, ¿porqué me complico tanto la vida? Pero lo hago desde siempre, supongo que me gustan los retos. :P Una de esas veces que me lo pregunté con más ahínco fue cuando me pidieron 100 cruces de jabón con un diseño hermoso, pero mega laborioso. Tenía que cortar miles de círculos de color café y rosa, después ponerlos en una cama de jabón blanco debajo y agregar una capa de jabón transparente después. ¡Uffff! Casi enloquezco... 


Y es que además después había que cortar cada pieza con un cortador para galleta, que en las últimas tandas yo sentía que no tardaría en romperse. ¡Rezaba para que la cruz número cien saliera airosa!! y lo logré. Pero este modelo ya está... descontinuado. Es más fácil trabajar con papeles o encapsulados, ¡sin tanto relajo!




Este fue de mis primeros jabones de aceites vegetales: aguacate. Venía de la emoción de haber tomado clases con Marcela Burgos, una lindísima maestra argentina. 
Lo teñí con clorofila y resultó que lo sobreengrasé demasiado, es decir, le puse aceite en exceso, por eso las gotitas de sudor de lo grasiento: (jajaja) 


Un jabón sinceramente feo, pero con harto sentimiento. Los tuve en mis manos para uso en casa y guardé uno de ellos. Aún lo conservo y huele a rancio, me recuerda lo que no se debe hacer. 




Lo horrible

No negarán que los primeros panquecillos que hice de jabón son bastante espantosos, y aún así tuve el atrevimiento en aquel entonces, de subirlos a la página... jajaja... Distaban bastante en calidad de los que son ahora sus descendientes, digamos que son los abuelitos de los de esta nueva época. 
       
                           

Mucho mejor los nietos ¿no? A esto le llamaría evolución...

  



"Buba" es el nombre de esta gorda esfera bomba de baño, que hizo su aparición el día que hice más de 60 bombas en una tanda. Entre la desesperación de querer terminar, y como la mezcla ya estaba muy necia y no quería ceder, la mojé de más, y una mitad quedó lisa y la otra... bueno, como si fuera hija de "la mole", la caricatura.
¡Te queremos Buba te queremos!


En otra ocasión, un jabón de frutos rojos no logró la consistencia adecuada y al intentar cortarlo este fue el resultado:


A pesar de su mal comportamiento, lo convertimos en bolas de jabón (el tutorial saldrá próximamente).


Otra foto de un intento de la técnica de la columna, mi jabón estaba demasiado espeso y los colores se fueron apachurrando entre sí, hasta que terminé con una mezcla pastosa asentándola en el molde.


Una vez secos y cortados, como pueden ver, no salieron tan mal, en las fotos todo se puede arreglar :D



Otro ejemplo de un jabón que llegó a una traza espesa como si fuera masa de pastel, teniendo que asentarla con la espátula, el resultado es bastante horrible:


Pero el monstruo que se ganó la sección de "Lo horrible", fue el primer jabón que hice con miel. Me excedí en la cantidad de este aditivo, y cuando el jabón se cubrió con trapo se calentó por dentro más de lo que debía. Al día siguiente que intenté cortarlo, el resultado fue ESCALOFRIANTE.
Tristemente, y aunque me he cansado de buscarlas en mi disco duro, las fotos del jabón terrible ¡no aparecen por ningún lado!!!! (como dice el dicho al revés, "hay algunas cosas que por algo no pasan"),  y por algo será. Lo más cercano al engendro de jabón que me resultó aquella vez, es esta asquerosa imagen (tomada de internet):


Cito textual de mi bitácora de jabón de esa mañana: 
"Agregué demasiada miel y salió una porquería (como un monstruo) que se solidificó a las orillas, creando en la parte central algo parecido a las fauces de un tiburón o una bestia del mar. Después de dejarlo secar una semana, el monstruo vomitaba un líquido café (la miel quemada). Lo metí a la olla de nuevo y lo mezclé una hora a baño maría, para bajar el ph, y lo reutilicé."
En verdad me asusté, pero ahora me muero de risa con estas palabras... De todo se aprende.

NOTA: Me da mucha harta vergüenza compartir esta foto, pero espero que todo quede entre nosotros (¡¡¡!¡!!). 

Y sin duda, lo más terrible de lo terrible: (chan chan)
EL DESORDEN.
Lo sé, lo acepto, me confieso una persona desordenada, en vías de recuperación.
Y como los alcohólicos anónimos, diario me digo que "sólo por hoy" recojo las cosas, sólo por hoy mantengo la mesa sin tanto chiquero, sólo por hoy guardo todo en su lugar, y hay veces que lo logro y muchas otras que no.

                 
                    

Esas veces son cuando tengo pedidos muy muy grandes, como en esta foto. Enloquezco, el taller llega a su máximo de desastre, tengo cosas tiradas en el suelo, colorantes y esencias regadas a lo largo de la mesa, jabones secándose en los estantes esperando ser envueltos, y aunque todo pareciera ser un caos, a pesar de todo, ¡puedo trabajar así!!! ¡Es lo más impresionante del caso! Creo no ser la única persona creativa con este problema... no me dejen sola... Jajaja.

Eso sí, en craftis la seguridad, la limpieza y la desinfección están por sobre todas las cosas, así que jamás me verán trabajando sin guantes, sin lentes de seguridad y casi casi me pongo escafandra. Todo, absolutamente todo, es desinfectado y esterilizado cada que termino un pedido, y tengo un máximo rigor en la limpieza de instrumentos y moldes.
Mi coco, es el orden. 
Pero como dice esta frase célebre:

"Si no puedes soportar el desastre, sal del estudio de craftis".

Gracias por leer hasta aquí, espero haberlos entretenido con las crafti-aventuras que hemos tenido a lo largo de este tiempo, y nos leemos en la próxima. 

¡Seguiremos al infinito y más allá de 4 años...! Ojalá...



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